Llegó el final de 2.017, pensando todavía en Barcelona como gran reto de 2.018, reto que las circunstancias me harían descartar poco después.
Pruebas cortas y rápidas las que me esperaban:
Pruebas cortas y rápidas las que me esperaban:
Primero Villanueva de la Serena, el día de nochebuena, donde iba a pelear contra el crono mucho tiempo después, marcando algunos kilómetros a 4:20 y logrando un tiempo final de 24:04 en los 5K.
Una semana después Don Benito, la reina de las sansilvestres de nuestro entorno, en la que el hecho de salir muy retrasado y el propósito de hacerla con mis amiguetes me iba a obligar nuevamente a, tras una salida muy lenta debida al atasco de runners, darlo todo en los kilómetros subsiguientes. Pese a mi esfuerzo no lograría finalmente dar alcance a la pareja compuesta por Juanutto y el Gitano que hicieron un carrerón y acabaron 1 minuto por delante (26:42).
Finalmente, cerraba año en Almoharín, con la compañía de varios cracks del CA Miajadas: Sergio, el expreso de Escurial que revalidaba por tercer año su título de indiscutible campeón absoluto de esta prueba; Jesús Díaz, que se quedaba a un suspiro del podio tras superar su travesía en el desierto; y Manolo, que cumplía su promesa de cerrar el año en tierras botoneras. Nobleza y pundonor a partes iguales la de mis compañeros.
Incluso Matías, acompañó pese a la inestabilidad climatológica, a sus papi-runners.
El orgullo de padre se pondría también de manifiesto en este evento al ser testigo de como Irene, junto con otra pedazo de guerrera de 6 años, Alejandra, se enfrentaban al recorrido de unos 3,7 kms. con un coraje propio del mejor atleta, completando dicho circuito en poco más de 20 minutos.
Tras estas pruebas cortas, y aunque mi frecuencia de entrenamientos se ha reducido drásticamente, volveré pronto a probar suerte en el fondo popular. Los 21 kms. en Plasencia me esperan el próximo día 4 de febrero.
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